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Mujeres y hombres según su proceso de envejecimiento y de cuando advierten cierta flaccidez en su rostro. La mayoría se practica en pacientes de entre 40 y 60 años, aunque también hay casos de personas entre 60 y 80 años de edad.
Realizamos un estudio de la estructura ósea facial.
A partir del diagnóstico:
– Recomendamos la técnica más adecuada.
– Informamos de las expectativas de los resultados que se pueden obtener.
Cirugía en quirófano, generalmente con anestesia general o parcial con sedación.
Las incisiones habituales se realizan en la zona temporal o frontal del cabello. Con esas incisiones se realiza un despegamiento de la piel para reposicionar y tensar las estructuras desplazadas con los años.
Ingreso en la clínica bajo control y con la medicación pertinente. Se trabaja para reducir los habituales hematomas, dolores y molestias postoperatorias.
Realización de una revisión y potencial alta al paciente con la medicación e indicaciones pertinentes.
Se aconseja mantener el vendaje durante unas horas al día, reposo sin esfuerzos intensos y otras recomendaciones pertinentes según cada caso.
Se retiran las suturas y se elimina de forma definitiva cualquier vendaje. En la mayoría de los casos los pacientes se incorporan a su vida cotidiana, aunque suelen quedar restos de hematomas que irán desapareciendo. Se realizarán revisiones periódicas.
Responsable administrativa del Instituto Tapia.